26 agosto, 2007

EL PAPEL DEL JUEGO EN EL DESARROLLO DEL NIÑO Y SU RELACIÓN CON EL ACTO ARTISTICO

El juego es una actividad que completa las necesidades del niño y hay que observar los incentivos que lo mueven a actuar.

El niño pequeño tiende a gratificar sus deseos de modo inmediato, sin embargo, al alcanzar la edad escolar, emergen numerosas tendencias irrealizables y deseos pospuestos. Así, el juego parece emerger en el momento en el que el niño comienza a experimentar tendencias irrealizables. En los comienzos de la edad preescolar, cuando hacen aparición deseos que no pueden ser inmediatamente gratificados u olvidados, la conducta del pequeño sufre un cambio.

Para resolver la tensión resultante, el niño preescolar entra en un mundo ilusorio e imaginario, en el que los deseos irrealizables encuentran cabida: este mundo es lo que llamamos juego.

Imaginación constituye un nuevo proceso psicológico. Representa una forma específicamente humana de actividad conciente. Como toda función del conocimiento, surge ordinariamente de la acción.
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Hay que considerar que para los niños pequeños las cosas dictan al niño lo que debe hacer, es decir, las cosas poseen una fuerza motivadora respecto a las acciones del niño pequeño. Sin embargo, en el juego, las cosas pierden su fuerza determinante. El niño ve una cosa pero actúa prescindiendo de lo que ve. Alcanza una condición en la que el niño empieza a actuar independientemente de lo que ve.

En el juego el pensamiento está separado de los objetos y la actuación surge a partir de las ideas más que de las cosas. Así la actuación esta determinada por las ideas, no por los objetos en si mismos.

Por otro lado, el juego plantea demandas constantemente para evitar el impulso inmediato. El mayor autocontrol del que es capaz el niño se produce en el juego. El juego brinda al niño una nueva forma de deseos.

Durante el juego el niño siempre está por encima de su edad promedio, por encima de su conducta diaria. Así el juego contiene todas las tendencias evolutivas de forma condensada, siendo en si mismo una considerable fuente de desarrollo.

Si comparamos la función del juego con la función del arte podemos encontrar similitudes ya que el arte resuelve y transforma ciertas tendencias complejas del organismo.

El arte surge como un poderoso instrumento en la lucha por la existencia. El organismo debe hallarse equilibrado con el medio ambiente. El arte es al parecer el instrumento para lograr este equilibrio explosivo con el medio ambiente en los momentos críticos de nuestra conducta.

El arte no engendra una acción práctica, únicamente prepara el organismo para una acción. El arte estructura y ordena nuestros gastos anímicos, nuestros sentimientos.

El efecto del arte es catártico, aclara y purifica la psiqué despertando a la vida inmensas fuerzas que han permanecido hasta entonces reprimidas.

La vida artística influye, no solo en nuestros sentimientos, sino también en nuestra voluntad. La música, la danza, la arquitectura, la poesía, la pintura etc. Son distintos medios que el hombre ha encontrado para exteriorizar concertar lo que tiene en su cabeza y en su corazón.

El arte puede conmover y despertar a la verdad.

La misión del artista consiste en realizar en el plano físico lo que la inteligencia concibe como verdadero, lo que el corazón siente como bueno, para que en el mundo pueda manifestarse la salud, la prosperidad y la lucidez.